Ilustración: Kat Menschik
Traducción: Lourdes Porta
Editorial: Libros del Zorro Rojo
Edición: 2013
80 páginas
ISBN: 978-84-941619-4-0
Libros del Zorro Rojo ha sacado al
mercado editorial un cuento largo (o novela corta) que Haruki Murakami,
escritor más vendido en Japón, publicó en 1990. Es una bella edición con
ilustraciones en azul, blanco y plata que la alemana Kat Menschit, escogida por
el propio autor, ha sabido amalgamar con las palabras, creando una atmósfera
onírica que desdibuja realidad y fantasía; si es que tal frontera existe… Con
esta obra, Haruki se une a la
iniciativa, ya en boga en gran parte de Europa, de aunar literatura y
artes plásticas. Un libro ilustrado no provoca la tentación de “bajárselo” de
Internet, se saborea página a página y teniendo la obra entre las manos… Aún
así, Murakami es siempre una acertada apuesta; puede tener detractores, tal vez
no llegue a muchos lectores, pero sus seguidores somos millones e
incondicionales.
La narración, escrita en primera
persona, trata sobre una ama de casa cuya vida transcurre sin incidencias. Se
ha instalado en una rutina, aparentemente cómoda, que gira alrededor de su
marido y su hijo, hasta que el insomnio irrumpe de forma súbita. Oculta a la
familia el problema, ya que a pesar de no conciliar el sueño, no solo rebosa
energía sino que empieza a detectar pequeños signos que antes de poder dormir
era incapaz de apreciar. Durante el día, como si fuera una autómata, actúa tal
y cómo se espera de ella. Por la noche, cuando la ciudad duerme, se siente
plena, hace cuanto desea y lee una y otra vez Anna Karenina, mientras saborea
chocolate y bebe coñac o, bien, deambula por las desiertas calles.
Como nos tiene acostumbrados, el
autor escribe entre líneas, provocando en el lector el deseo de desenredar los
hilos enigmáticos que teje en la trama y en los comportamientos de sus
personajes. Los desenlaces de Murakami, siempre impactantes, te tambalean el
interior y sin poder soltar el libro de las manos te sumergen en una ola de
incertidumbre hasta que un día, o tal vez una noche entre sueños… eres capaz de
conectar con las palabras del autor.
Los detractores de Murakami no creo
que disfruten de esta obra escrita por el escritor en sus años de juventud,
pero los incondicionales seguro que saborearán una vez más de la literatura en
mayúsculas.
En aquellos instantes contemplaba mi rostro
en el espejo del cuarto de baño. Permanecía unos quince minutos mirándome
fijamente. Con la mente vacía, sin pensar en nada. Clavaba los ojos en mi
rostro como si fuera pura materia. Entonces, este se iba separando poco a poco
de mí. Como si, en rigor, fuera una cosa que coexistiese conmigo. Y comprendía
que aquello era el presente. “No tiene nada que ver con mis pisadas”, me decía.
“Así,
de esta forma, coexisto con el presente. Y eso es lo más importante”.
Reseña publicada en PROPERA PARADA CULTURA
Reseña publicada en PROPERA PARADA CULTURA
Griselda Martín
Carpena
16-1-2015
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