Griselda Martín Carpena
Asiento registral 02/ 2013/ 4331
MADLAM
(Más allá de las montañas)
Pensé
un cuento y lo escribí en mi mente. Algunas anotaciones en el papel serían el
esqueleto de la historia pero, como tantas veces, las perdí.
La
esencia quedo conmigo y los personajes fueron multiplicándose. Escenas,
conversaciones y paisajes se combinaban, tomaban color, formas y me presionaban
por pasar al papel.
Un
mundo existía en ese lugar donde vive lo intangible y me sentí obligada a
escribir. Me sentí obligada a cambiarlo de realidad.
Madlam
es tan real como nuestros pensamientos, tal vez, como ese mundo que cada mañana
al abrir los ojos observamos tras la ventana.
Yo
no lo sé.
Ella
cruzó el abismo.
Aquí
se acababa el cuento y en ese punto empecé la novela.
“Envié
esta historia a un agente, a diferentes editoriales, pero el silencio ha sido
la respuesta. Por ello, os la regalo.”
SINOPSIS
¿Quién es?, le pregunté a mi hermano,
observando el rostro de la mujer que había dibujado decenas de veces en sus
cuadernos. No lo sé, Tal vez no exista, respondió.
Tan sólo pasaron unos segundos cuando
añadió: tal vez siempre haya estado entre nosotros. Su nombre es Telma.
Sola,
en el estudio de Odina, su madre, Aura siente la necesidad de escribir lo que
ha vivido su familia en los últimos días. Niega, duda y, a pesar de las
contradicciones que siempre la acompañan, parece aceptar una premisa: hay otros
mundos, pero están en éste.
Artur,
su hermano gemelo, vuelve de unas curiosas vacaciones en las que buscaba los
colores del otoño. Recorre carreteras desiertas, pueblos olvidados... y tras una
espesa niebla se encuentra con Telma, una mujer envuelta por un aura de
irrealidad que desea conocer el mar. En Madlam, su mundo de tres lunas, el mar
es una línea azul que se divisa más allá de las montañas que marcan el abismo de
su vida.
Juntos prosiguen el viaje hasta llegar a un pequeño pueblo construido junto al pantano
de la Cova Oblidada. Descubren una fonda dirigida por David, y los tres compartirán
una de las noches más largas y extrañas de sus vidas.
Un
cuadro y un reloj que funciona al revés propician el recuerdo de personajes
enigmáticos: una mujer de ojos verdes que se comunica sin hablar, Neo, el
hombre de la niebla, el constructor del reloj, y Elias, el custodio de un
yacimiento paleontológico serán las claves para que Telma complete el puzle
antes de desaparecer.
Más allá del espacio tiempo, mundos paralelos
flotan en el éter. Puede que jamás existan y solo sean durante la eternidad imágenes
en el limbo de lo posible. Una mujer tiene que decidir entre su presente y ese
futuro que puede no llegar a ser.
Igual
que hizo en el pasado…
PRONTO EL PRIMER CAPÍTULO...
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