Título: Mujeres en la sombra
Autora: Griselda Martín Carpena
Editorial: Comanegra
Páginas: 275
“La puerta abierta. El abrigo de lana bien abotonado. Miró la vivienda donde había nacido, donde había crecido. Lo quería retener todo en sus retinas y descubrió un botón azul en el suelo. Sería del abrigo de su hermanita Ángela. Lo dejó en la consola del recibidor y se giró de nuevo hacia la puerta. Antes de cerrarla, se volvió con cuidado y tomó el botón azul que guardó en el bolsillo de su abrigo”.
Durante más de una año, Mujeres en la sombra, ha sido una de las muchas novelas que esperan en mis estantes para ser leídas. Antes he atendido novedades y urgencias desconociendo el contenido de la gran novela escrita por mi amiga Griselda Martín Carpena. Tal vez por ser ella, con la que hablo, discuto y quiero, no reparé el gran talento que se esconde en esa voz atropellada y nerviosa.
Mujeres en la sombra me ha adentrado en la particular lucha de las mujeres en la Guerra Civil, en la Barcelona que fue y que sigue siendo y en la cosmovisión de una adolescente que no quiere crecer porque le aterra abandonar el mundo de los sueños. Maravillosa novela que se mueve entre una portería barcelonesa, columnas jónicas de Monjuit, exiliados de la guerra, Marsella o Vallvidriera. Sube y baja, va y viene la historia con tintes personales de la autora que me ha descubierto un mundo interior sorprendente y misterioso porque dosifica con gran inteligencia lo que cuenta y lo que calla.
Una vez más el negocio editorial demuestra el escaso criterio a la hora de promocionar autores porque Griselda Martín debería estar entre una de las mejores escritoras del panorama español. Lo digo, no desde la amistad, sino desde un criterio sumamente crítico que aplico siempre que tengo una novela entre mis manos.
Felicidades Griselda, nunca dejes de escribir.
Margarita Espuña
Una de las reseñas más entrañables que he leído sobre "Mujeres en la sombra"
Ha sido una dosis de entusiasmo que ha llenado ese macuto gris que lleva Marina siempre a cuestas y que ayudará a su autora a seguir escalando las montañas que entorpecen la visión de un mañana.
Gracias Marga.