Bienvenidos a este blog. Encontraréis críticas literarias y novedades sobre mis publicaciones.


domingo, 28 de septiembre de 2014

DE GRIS Y LLUVIA








El domingo se presenta vestido de gris y lluvia, 
como antesala del largo invierno, 
del frío, el recogimiento.

El verano se esconde en unas fotografías 
guardadas en el ordenador,
en los pliegues de la ropa 
que volverá a dormitar en los altillos, 
en el sabor de los helados de chocolate. 
Recuerdos fragmentados de unas vacaciones.

Llueve tras los cristales.
Y se filtra el aroma de las últimas flores del agosto.

jueves, 25 de septiembre de 2014

EL EFECTO DEL ALETEO DE UNA MARIPOSA EN JAPÓN








Autora: Ruth Ozeki
Traductora: Mireia Carol Gres
Editorial: Planeta
1ª edición en colección Booket: mayo de 2014
510 páginas
Ilustración: Gaku Nakagawa
ISBN: 978-84-08-12734-5


            Escritora, directora de cine y ordenada monja budista en 2010, Ruth Ozeki es conocida tanto por su trabajo en publicidad y en el cine independiente como por su obra narrativa. A lo largo de su carrera ha recibido premios como el Kiriyama o el American Book Award. Además de “El efecto del aleteo de una mariposa en Japón”, es autora de “My Year of Meats y  All over Creator” (traducción, por favor…)
            Hija de padre norteamericano y madre japonesa, creció en Connecticut, EE.UU. Actualmente vive entre Nueva York y una pequeña isla de Vancouver, la Columbia Británica, exactamente como una de las protagonistas de la novela y que también se llama Ruth Ozeki.




            La Ruth Ozeki de la ficción es una profesora universitaria de literatura que vive en Vancouver con su marido, un entusiasta biólogo que se recupera en la isla de una enfermedad. Paseando una tarde por la playa, a la escritora le atrae un pequeño destello solar reflejado en una enorme maraña de algas que el mar ha arrojado sobre la arena. Casi pasa de largo, confundiéndolo con el brillo de una medusa agonizante, pero se detiene, aparta las algas y descubre una bolsa de congelados con percebes incrustados. Duda, pero al final se la lleva a casa. En su interior encuentra una fiambrera de Hello Kitty, el diario de la joven Naoko Yasutani, unas cartas escritas en francés y un reloj antiguo.



           
            En capítulos donde se alternan las historias de las dos protagonistas, el lector se va adentrando en los recovecos de las vidas de Nao y de Ruth, dos mundos separados aparentemente por el tiempo y la distancia. El hilo narrativo de la joven Nao se desarrolla a través del diario que va escribiendo desde su presente, un diario reciclado a partir de las hojas arrancadas de un libro de Marcel Proust, “ À la recherche du temps perdu”.

             “¿Tienes un gato y está sentado en tu regazo? ¿Huele su frente a cedros y a aire dulce y fresco?, pregunta Nao a ese posible lector, a ese ser-tiempo, que vive en el tiempo, es decir, tú, y yo, y todos los que existimos, o han existido, o existirán.”

            La adolescente habla en el diario de su vida, de sus problemas y también de su familia, en la que tiene un papel fundamental la vieja Jiko, de ciento cuatro años, monja budista, feminista y anarquista, personaje entrañable que vive en un templo abandonado de Sendai.

            En los capítulos centrados en Ruth se utiliza un narrador omnisciente con focalización interna. La escritora contagia a Oliver, su marido, con la  obsesión de saber el destino de la joven. ¿Habrá materializado sus ideaciones suicidas o será una filóloga francesa residente en Nueva York? ¿Tal vez el tsunami de Japón acabó con sus penas y sus sueños?

            Lectura inquietante, a momentos muy cruda y también divertida, en la que se puede experimentar una sensación que pocos escritores son capaces de conseguir: afirmo que he vivido dentro de las páginas de esta novela, en Tokio, en Vancouver, practicando zen con Jiko, rompiendo olas con Nao, buscando desesperadamente el gato de Oliver, junto a Ruth he traducido las palabras de su diario...



            Hay libros imposibles, otros pueden estar bien escritos, te distraen, pero hay algunos que te dejan en estado de flotación. Este es uno. Quise dilatar el tiempo para no acabar con la lectura, pero llegué al desenlace, un desenlace que se plantea muy difícil, pero Ozeki, utilizando el zazen, pienso que lo borda e introduce en la novela la magia de lo invisible. Como un ser-tiempo, acompañada en sus “sueños” por un cuervo japonés, tal vez modifique “los momentos”. Es un final abierto, en el que cada lector podrá seguir escribiendo las páginas de su propio diario y del diario de Nao.




            “Dicho esto, quiero decirte también que, si alguna vez cambias de opinión y decides que te gustaría que te encontraran, te estaré esperando. Porque me encantaría conocerte en alguna ocasión. También tu eres mi tipo de ser-tiempo.
            Tuya,
            Ruth

P.D.: En efecto, tengo un gato, y está sentado en mi regazo, y su frente huele a cedros y a aire dulce y fresco. ¿Cómo lo supiste?”

GRISELDA MARTIN CARPENA
20-09-2014


           


           


            

ESTACIÓN PARÍS







Autor: Jon Lauko
GoodBooks Editorial S.L.
1ª edición: junio de 2014
200 páginas
ISBN: 978-84-942281-2-4


            Hay momentos en que, como un volcán dormido, parece que la vida está apagada, que nada cambia o bien lo hace lentamente. Pero es una falsa ilusión. Llega un momento en que el magma sale al exterior de forma brusca, cambiando el paisaje, cambiando nuestras ideas, nuestras vidas.

            Jon Lauko, seudónimo con el que firma sus obras el catedrático de matemáticas Francisco Rubio, nos ofrece su tercera novela, “Estación París”, una obra de intriga en la que analiza y relaciona dos hechos que acontecieron en España, y cuya versión oficial tal vez nada tenga que ver con la verdad.




            1981 fue un año convulso en todo el planeta. Ronald Reagan, presidente de los Estados Unidos, resultó herido en el pecho tras un atentado a la salida de un hotel en Washington. En la plaza de San Pedro, en Ciudad del Vaticano, Juan Pablo II quedó gravemente herido por Ali Agca, miembro de la extrema izquierda turca. Poco tiempo después el Papa perdonaría a su agresor ante las cámaras de televisión de todo el mundo. Desde Cabo Cañaveral, en Houston (EE.UU.), se lanza la primera nave espacial reutilizable de la historia: el trasbordador Columbia. El Guernica vuelve a España. Muere Bob Marley…

            España no fue una excepción y vimos comenzar el año con una nueva y extraña enfermedad, el llamado Síndrome Tóxico, que se atribuyó, según fuentes oficiales, al aceite de colza. Tras 33 años, nos quedan silencio y dudas.
          El 28 de enero dimite Adolfo Suarez como presidente del Gobierno de España. Pasa menos de un mes y el 23 de febrero, Antonio Tejero, teniente coronel de la Guardia Civil, organiza un Golpe de Estado que fracasa al día siguiente tras tener secuestrados durante ese tiempo a los diputados en el Congreso. Tres meses más tarde, el 23 de mayo a las 9,20 de la mañana, un grupo de diez “atracadores” entran en la sede del Banco Central de Barcelona, en Plaza de Cataluña. Se toman como rehenes a más de 300 personas durante treinta y seis horas. Un muerto, un herido y numerosas detenciones son el balance final de un atraco en el que no se roba ni una sola peseta…

            Las fuentes oficiales nos hablaron de un burdo atraco, pero la sospecha de otra explicación ha sido el motivo de numerosos artículos y de largas tertulias entre amigos. Jon Lauko, en esta novela, relaciona ambos hechos: el Golpe de Estado y el “atraco” al Banco Central, y para ello nos muestra argumentos, fechas, nos desvela nombres y, sobre todo, nos orienta sobre los motivos que sincronizan a la perfección ambas operaciones.



            Pilar Cernuda, autora del excelente prólogo que da inicio a esta novela, se pregunta si el autor, sabiendo que ni se llama Jon ni se apellidad Lauko, no habrá formado parte en alguna época de su vida de los servicios secretos de su país, pregunta y duda que hago mía tras la lectura de “Estación París”.

            Un escritor se documenta sobre la época en que viven los personajes, llegando a mimetizarse de tal manera que hay momentos en que parece vivir  en los dos tiempos, pero la precisión de Jon Lauko en mostrar los detalles de la   organización secreta, la descripción de los personajes, de sus movimientos, de su ideología… es tan precisa que la duda aumenta de forma exponencial tras la lectura de cada página.

            La certeza es que el lector de “Estación París” viajará desde el intento del Golpe de Estado en Madrid hasta Barcelona, donde se sentirá testigo del  asalto al Banco Central, siguiendo al detalle todos los pensamientos y actos de unos personajes que quisieron cambiar el futuro de la historia.
            O tal vez no.
            Tal vez no quisieron cambiar nada…
            La verdad es como ese magma que esconde el volcán y Lauko nos muestra una posibilidad.

“Puedes engañar a todo el mundo algún tiempo.
Puedes engañar a algunos todo el tiempo.
Pero no puedes engañar a todo el mundo todo el tiempo”
(Abraham Lincoln)

GRISELDA MARTIN CARPENA
9-8-2014