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martes, 20 de diciembre de 2011

LA VAMPIRA DEL RAVAL






Teatre Del Raval (C/ Sant Antoni Abat 12)
Autor: Josep Arias Velasco
Música: Albert Guinovart
Intérpretes: Pep Cruz, Roser Batalla, Roger Pera, Jordi Coromina, Valentina Raposo i Mingo Ràfols.
Músicos: Andreu Gallen, Victor Perez, Victor Mirallas i Francisco Mestre.
Escenografía: Ramon de los Heros
Iluminación: Carles Valero
Marionetas: Anita Maravillas
Coreografía: Edgar Àvila
Vestuario y caracterización: Maria Araujo
Dirección Musical: Andreu Gallen
Dirección: Jaume Villanueva

(Horario: jueves y viernes 20:30, sábado 19:00 – 22:00, domingo 18:00)



            Enriqueta Martí, conocida como la Vampira del Raval, se dice que fue prostituta, mendiga, proxeneta y curandera. Cuenta la leyenda que asesinaba niños y, con sus restos, preparaba ungüentos y pócimas para la clase adinerada de la Barcelona de 1912. A cambio de sanar enfermedades como la tisis o la hemofilia y recuperar el cutis perdido de la juventud, la burguesía catalana le ofrecía grandes sumas de dinero.

             En clave de musical burlesco y tragicómico, se interpreta una historia siniestra dotándola de belleza y sensaciones. Durante las dos horas que dura la función, el espectador se embarca en un bucle que pasa por la tristeza, la hilaridad, la sorpresa y la evidencia. Sin olvidar que estás en el teatro, eres consciente de que se cuenta una historia turbia, el retazo de un pasado oscuro que tal vez ocurrió en las calles de una Barcelona por las que ahora paseamos.

            Los seis actores interpretan diferentes papeles. Vemos desfilar ante nosotros: marqueses pederastas, diputados corruptos, cupletistas, vecinas curiosas e inspectores de policía que, gracias a la calidad de estos profesionales, nos muestran un retrato verosímil de la sociedad hipócrita barcelonesa de principios de siglo.

            Tal y como los actores indican, la obra presenta cambios sobre la historia. Enriqueta muere en el escenario con el garrote vil y no de muerte natural como cuentan las crónicas oficiales o linchada por otras presas según relata la leyenda.

            Los niños se interpretan con marionetas y, a pesar de este detalle, es imposible no sentir la piel de gallina cuando los muñecos sufren aberraciones perpetradas por adultos que valoran poco la vida. El poder, como un buitre carroñero, saca el jugo de los miserables, de los hambrientos…





            La obra representada en el Teatre Del Raval interpreta la versión oficial mezclada con la leyenda. Se perfila a Enriqueta como a una asesina en serie que mató más de 40 niños a cambio del dinero de unos poderosos que la prensa oficial y la justicia intentarán encubrir.

            Se cuenta que desapareció una niña, Teresita Guitart, y Claudina Elías, vecina del barrio, avisa al comisario Ribot sobre sus sospechas respecto a una extraña mujer que vive en la calle del Ponent. En el domicilio de Enriqueta se encuentra a Teresita y a otra niña llamada Angelita.
            Cuando la detienen, cuenta la historia oficial que la inculpada dijo que Teresita andaba perdida por el barrio y simplemente le ofreció cobijo. La otra niña, insistió en que era una hija de su hermana, concebida fuera del matrimonio. Nadie la creyó.
            El juicio para desenmascarar a la Vampira del Raval duró ocho meses y se cerró con la muerte de la protagonista por un cáncer de útero, tal y como consta en su acta de fallecimiento. Nunca aparecieron los padres de Teresita y en cambio se demostró que dijo la verdad respecto a su sobrina.



            ¿Fue Enriqueta Martí una asesina en serie?
            ¿Las autoridades falsearon los datos para silenciar a personalidades involucradas?

            La sociedad catalana de 1912, tras la semana Trágica, vivía enferma y en la miseria. Los hijos varones se ocultaban ya que si sobrevivían lo más probable era que acabaran reclutados por el ejercito. Proliferaban los asesinatos, la prostitución infantil y la explotación en fábricas.
            Cuando una colectividad es miserable se suele buscar un chivo expiatorio que calme sus culpabilidades y como ocurre a menudo suele ser una mujer…
            ¿Pudo ser Enriqueta Martí esa carnaza?

            Sobre nuestra vampira nacional se han escrito novelas, se han publicado artículos en prensa, existen leyendas, ahora también una obra de teatro, pero la verdad sobre tantas cosas al igual que sobre la historia de Enriqueta, continuará siendo una incógnita que convivirá entre las sombras del barrio del Raval.

            Villanueva, el director, comentó que antes de ofrecer la obra al Teatre del  Raval, se intentó en teatros de mayor proyección. Se rechazó en todos “por no llegar al listón de las exquisitas obras de otros teatros catalanes”. Ante este argumento, solo me resta decir que pienso que es un insulto a una obra magnífica, interpretada por actores de primera fila y sobre todo un insulto a los cientos de espectadores que han optado en pasar por la taquilla del teatro y han salido satisfechos por haber presenciado una de las mejores obras de la temporada.
            Quizá los motivos de este rechazo estén también maquillados como la posible historia de la Vampira del Raval.


 GRISELDA MARTÍN CARPENA
19-12-2011